Gracias a que esta semana es la Semana Internacional del libro, no hemos podido resistir la tentación de escribir una pequeña guía para padres, profesores o educadores, en la que queremos acercaros los beneficios de la lectura en el desarrollo cognitivo y emocional de los niños, y ayudaros en el proceso de inculcar el hábito de la lectura en los más pequeños de la casa.
Y es que la lectura nos abre las puertas a un mundo ilimitado de sentimientos, aventuras, paisajes, personas y emociones.
Un buen libro es un billete de viaje con destino desconocido, del que nunca volverás siendo el mismo. De hecho, si un libro no te cambia, es que realmente nunca has entrado en él.
Acostumbra a tu hijo a leer. Un niño que lee, será un adulto que piensa
Beneficios de la lectura en nuestro cerebro
No sólo leer nos enriquece a nivel de crecimiento personal, también las investigaciones han demostrado que la lectura es un vehículo imprescindible en el desarrollo de la inteligencia emocional y el desarrollo cognitivo.
La lectura estimula el desarrollo de diversas áreas cognitivas y funciones ejecutivas del cerebro, tales como la memoria, el lenguaje, la planificación, la flexibilidad cognitiva, mejora la atención sostenida, e incide positivamente en el desarrollo de la teoría de la mente, la empatía y la toma de decisiones.
En niños con trastornos específicos del lenguaje, la lectura es la herramienta más eficaz para ayudarles a desarrollar las competencias necesarias para el éxito académico. Cuando un niño lee mejora su vocabulario, su comprensión, su razonamiento lógico, la ortografía…
Del mismo modo, en los niños diagnosticados con TDA con o sin hiperactividad la lectura también es su mejor aliado, ayudándoles en la capacidad de concentración y la atención sostenida durante periodos más largos de tiempo.
A la vista está que animar a los peques a leer es el mejor entrenamiento cerebral que existe, y les estarás haciendo el mejor regalo posible: el amor por la lectura, que dura para toda la vida.
Claves para fomentar la lectura en los niños
- Predica con el ejemplo
Es muy difícil que un niño desarrolle curiosidad por la lectura si no ve en su entorno familiar el amor por ella. Los padres, profesores y adultos de referencia somos agentes modeladores, y tenemos un enorme responsabilidad en lo que hacemos y transmitimos. Ten por seguro que si tu hijo te ve disfrutando con un libro, despertará su curiosidad.
- Cuéntales cuentos desde muy pequeños
El contarles cuentos en voz alta, y que ellos interactuen con los libros es una base esencial para que se familiaricen con ellos desde pequeños, y asocien los libros al placer y al bienestar de pasar ese ratito con papá o mamá. Recuerda que tu voz les reconforta, y a la vez interpretan las imágenes que van viendo en los libros.
- Conoce los gustos de tu hijo
Aparte de reforzar el vínculo, preocuparte por los intereses de tu hijo (si le gustan las princesas, los dinosaurios, los piratas, los animales…) te facilitará la elección de cuentos que le encantarán y le engancharán. Descubre su temática favorita y escúchales.
- Siempre propón o haz sugerencias, nunca impongas
Leer es un juego, y es muy importante que los niños lo perciban como tal, y no como una obligación. Podéis ir a una biblioteca o librería juntos y procura aconsejarle, pero que la elección última del libro sea del niño.
- Aprovéchate de la era digital
Los cuentos interactivos son una manera estupenda para desarrollar su gusto por la lectura. Además, pueden servir para aprender y practicar la lectura en un nuevo idioma. Lo importante es que disfruten leyendo, no importa tanto el formato en el que lo hagan.
- La constancia hace el hábito
Acostumbraros a leer todos los días un rato juntos, tras la merienda, o antes de dormir. Procura que siempre sea a la misma hora. No importa cuanta cantidad lea, con unas hojas puede ser suficiente. Es mucho más importante la calidad del momento que compartáis, a solas, disfrutando ambos de la lectura.
- Impulsa su imaginación y anímale a escribir sus propios cuentos
Un buen lector desarrolla enormemente su imaginación. Si te cuenta alguna historia, interésate por ella, pensad posibles nudos o desenlaces y proponle que escriba su propio cuento con sus propios dibujos. Puedes ayudarle, pero deja que sea él el que guíe.
Cuando aprendas a leer, serás libre para siempre