ESTRATEGIAS PARA LA COMUNICACIÓN FAMILIAR

CONSIGUE QUE TE ESCUCHEN, CONSIGUE QUE TE CUENTEN

Seamos sinceros… en muchas ocasiones hablar con nuestros hijos resulta una ardua tarea, más difícil resulta que nos escuchen y mucho más difícil conseguir que ellos sean los que nos hablen. La mayoría de nosotros sabemos ya que las habilidades comunicativas están en la base del buen funcionamiento de cualquier relación social, y qué relación es más importante que la que se establece entre los miembros de una familia ¿no?. Sin embargo suele ser donde más dificultades encontramos para hacerlo de manera satisfactoria para nosotros mismos.

COMUNICARSE ES UNA CUESTIÓN DE SENTIMIENTOS

En primer lugar nos gustaría invitaros a reflexionar con una pregunta:

¿Qué necesitan ustedes cuando se sienten tristes, frustrados, profundamente enfadados, apáticos…?

¿Qué les gustaría que hicieran las personas que les rodean por ustedes?.

En muchas ocasiones cuando percibimos que alguien a quién queremos se siente afligido nuestras primera reacciones suelen ser: hacerle un interrogatorio acerca de las razones de su malestar, ofrecerle un consejo, una solución, darle nuestro punto de vista acerca de como deberían sentirse e incluso decirle lo que debería hacer. ¿Realmente esto funciona? ¿Qué queremos conseguir?.

Estos modos de reaccionar son típicos y todos los hemos usado alguna vez pero es importante darse cuenta que a menudo solo son una prueba de nuestra dificultad para aceptar y gestionar  las emociones de los demás así como las emociones que generan en nosotros. Ahora piensen…¿Qué hacen ustedes cuando sus hijos dan muestras de sentirse así?.

Quizás se reconozca en ocasiones tratando de aliviar su malestar haciendo que piense en otra cosa, diciéndole que no pasa nada,  o que no es lógico que se sienta de ese modo…. Sin embargo pocas veces esto funciona calmando el malestar que nuestros pequeños sienten, generalmente tienen el efecto contrario: cuando una emoción es negada o no reconocida esta brota a menudo con más fuerza (en muchas ocasiones en forma de rabieta, todo sea de paso).. ¿Entonces qué debo hacer? se preguntarán, y nosotros les preguntamos…

¿Qué funcionaría con ustedes?

Escuchar.  Cuando alguien en realidad nos escucha, cuando reconoce nuestro dolor interno y nos ofrece una oportunidad para contar lo que nos molesta entonces, somos capaces de rebajar la intensidad de nuestras emociones negativas porque han sido recogidas, se les ha dado un tiempo y un lugar y solo entonces pueden «digerirse» y marcharse (A. Faber y E. Mazlish,2005). Es entonces cuando nos sentimos menos confusos y alterados y somos más capaces de hacer frente a lo que sentimos y nuestros problemas.

Pues bien, lo mismo sucede con nuestros hijos. Ellos también se pueden ayudar a si mismos si cuentan con un adulto dispuesto a escuchar y a darles una respuesta empática, de este modo validamos sus emociones, les ayudamos a entenderlas y les ofrecemos contención. Esa quizás sea la mejor lección que podamos dar sin apenas usar palabras, solo el lenguaje de la empatía.

¡Cómo si fuese fácil!, pueden pensar algunos… somos conscientes de que es una carrera de fondo y de que existen situaciones realmente difíciles de sobrellevar, no obstante el lenguaje de la empatía se entrena, se aprende y se mejora.

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4 CLAVES PARA ACEPTAR Y COMPRENDER MEJOR LAS EMOCIONES DE LOS MÁS PEQUEÑOS:

  1. Escuche con toda atención, mírele a la cara y asienta para que él sepa que le está escuchando.
  2. Acepte sus sentimientos con una palaba… «oh»…»Mmm»…»ya veo».
  3. Ayude a su hijo a dar un nombre a sus sentimientos o si le cuesta mucho déselo usted para ayudarle a aprender a identificar las emociones. Sea el espejo de su hijo.
  4. Concédales sus deseos en la imaginación, esto facilitará que se rebaje su frustración.

 

Cuando practicamos la escucha y les damos la oportunidad de mostrar lo que sienten a la vez les estamos brindando el poder de ser autónomos y encontrar sus propias soluciones, ¿al fin y al cabo… no es esto lo que nos gustaría?.  Dicho así la teoría parece sencilla, bien sabemos que no lo es, pero  con esta breve entrada queremos ofrecerles una puerta al mundo emocional de los más pequeños, tratando así de facilitar la convivencia y potenciar los lazos familiares.

Esperamos que les haya resultado interesante y les sirva de utilidad.

 

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